Razón y Raíz
La razón permite a las personas identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos e inducir o deducir otros a partir de estos. Por su propia naturaleza, la razón permite construir para buscar la verdad, pero esta construcción y búsqueda están siempre en proceso, no hemos podido llegar a la verdad, aunque no hemos dejado de buscarla. Esa es la historia de la razón que, más que certezas, tiene posibilidades y riesgos, pero cuenta con el don y la fuerza de establecer o anular conclusiones.
En el otro extremo, la raíz es la primera de las partes embrionarias que se desarrolla y es un órgano que crece hacia abajo, en la oscuridad de la tierra, por tener geotropismo positivo y fototropismo negativo, permite el sustento, el crecimiento y es el punto de contacto con el agua y las sales minerales del suelo. Es, de manera simbólica, el extremo opuesto de la razón, pero es firmeza y fuerza de donde crece la nervadura que da sustento a la razón. Razón y Raíz quiere anclarse bien en la tierra para llegar libre de prejuicios y en pleno uso del raciocinio a servir a mujeres y hombres en la gesta de la historia. Habitantes de un mundo en búsqueda, que impulsa con fuerza su propia transformación, somos un grupo de personas que quiere participar en esa hazaña. Y estamos interesados en apoyar desde distintos parapetos y por caminos diversos el surgimiento de ideas que defiendan los derechos de las personas a la vez que ideas que promuevan la responsabilidad de cada persona en el proceso de creación de otro mundo.
Estamos convencidos de que otro mundo es posible, pero sabemos que sólo es posible si entre todos lo generamos. Siguiendo a Julio Cortázar, afirmamos que hay otro mundo dentro de este, “pero no lo encontraremos recortando su silueta en el tumulto fabuloso de los días y las vidas, no lo encontraremos ni en la atrofia ni en la hipertrofia. Ese mundo no existe, hay que crearlo como el fénix. Ese mundo existe en éste, pero como el agua existe en el oxígeno y el hidrógeno, o como en las páginas 78, 457, 3, 271, 688, 75 y 456 del Diccionario de la Academia Española, está lo necesario para escribir un cierto endecasílabo de Garcilaso. Digamos que el mundo es una figura, hay que leerla. Por leerla entendamos generarla” (Rayuela, Cap. 71). Comprometidos con este proceso y convencidos de que es una faena comunitaria, Razón y Raíz se propone contribuir y se compromete a participar activamente desde distintos ámbitos.