En días pasados se llevó a cabo en Minatitlán el VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos. Evento fundamental para entender el reverso de la historia del desarrollo en la región; desarrollo que devasta y no pregunta, ese de los megaproyectos que avasallan. Ahí hablaron los habitantes de los pueblos inundados por los proyectos hidroeléctricos, los desplazados ambientales, los expulsados de terrenos donde se implanta la industria ganadera extensiva, los afectados por la industria extractiva, entre otros.
Ahí convinieron en defender las semillas nativas ante la invasión de las transgénicas; defender el agua como derecho ante su mercantilización; defender los derechos de los excluidos de este modelo económico; exigen el cese del feminicidio y la discriminación hacia las mujeres y la comunidad lésbico-gay. Crece el número de afectados, crece la discordia pero también crecen las propuestas alternativas y los nuevos proyectos incluyentes de innovación. No es una resistencia sin creatividad, hay un renacer desde las culturas originarias, que alimentan una nueva comprensión del ser humano, más integrado a un todo y con todas y todos.
Vaya un abrazo cercano para Verónica por la pérdida de Felipe Toussaint, quien fuera canciller de la Diócesis de San Cristóbal, director de CORECO, miembro del Consejo del Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”. Se adelanta en el camino un gran defensor de los derechos de los pueblos indios, un hombre de paz, un amigo.
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