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La hermana Consuelo Morales ganadora del premio Franco – Alemán

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La hermana Consuelo Morales fue la ganadora el pasado 5 de Febrero del premio Franco – Alemán “Gilberto Bosques” en su segunda edición. La hermana Consuelo es religiosa de la Congregación de Notre Dame Canónigas de San Agustín. Estudió la Licenciatura en Trabajo Social en la Escuela de Trabajo Social Vasco de Quiroga en el Distrito Federal y la Maestría en Derechos Humanos y Democracia en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Es Fundadora y Directora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A. C. (CADHAC) y a partir de 2010, es Presidenta de la Conferencia de religiosas Mexicanas, sede Arquidiócesis de Monterrey.

La labor de la hermana ha ayudado a visibilizar la grave situación que se vive de los derechos humanos en el Norte del país, particularmente en el estado de Nuevo León.  Acompaña desde hace años a víctimas de desapariciones forzadas y ha generado un espacio para atender a los familiares quienes desesperados buscan consuelo y atención.

La hermana Consuelo Morales ha participado en diversos consejos ciudadanos, es parte del Consejo Permanente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y del Consejo del Grupo Humanitas, A. C.. Ha impulsado la participación ciudadana y la rendición de cuentas de las autoridades y participa en el Comité de Ética de la Clínica 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social, el Equipo Coordinador de la Red de Organizaciones Civiles del Norte de México, y actualmente forma parte del Consejo de Oxfam México.

Ciertamente no es la primera vez que ella y su organización son reconocidos por su labor, pues ha sido distinguida en 2010 con el Premio Nacional por la Igualdad y contra la discriminación que otorga el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación; y en 2011, también ha recibido el reconocimiento Alice Des Forges, al Activismo Extraordinario que otorga la organización estadounidense Human Rights Watch.

La entrega del premio se llevó a cabo en el marco de un evento solemne en la residencia de la señora embajadora de Francia en México. Los embajadores de la República Federal Alemana y de Francia  entregaron el premio que consiste en una medalla elaborada por un artista europeo y un viaje, el cual incluye diversos encuentros con funcionarios públicos y representantes de instituciones de defensa de los Derechos Humanos en Francia y Alemania, así como una visita a Estrasburgo, sede de la Corte Europea de los Derechos Humanos y símbolo de la reconciliación franco-alemana.

Por su parte, el embajador alemán Viktor Elbling en su discurso de entrega recordó con su colega Maryse Bossière que “después del ataque terrorista a la sede de la revista satírica Charlie Hebdo el día 7 de enero, Francia lo acreditó de manera impresionante, cuando millones de franceses salieron a las calles invocando y defendiendo el derecho de la libertad de expresión. En este momento tan difícil, en el que esta libertad estaba amenazada, toda Europa apoyó a Francia”. Reconoció que si bien México afronta un desafío importante respecto a los derechos humanos, con la entrega del Premio “queremos por un lado destacar la labor de la sociedad civil en el ámbito de los derechos humanos. Por otro lado queremos, así como hoy, ofrecer un foro en el cual actores gubernamentales y no-gubernamentales se puedan encontrar e interactuar”. El embajador señaló la urgente necesidad de crear puentes entre la sociedad civil y gobierno para el respeto cabal de los derechos humanos. Recordó también que en el 2013 se entregó el Premio a Fray Tomás González Castillo, “quién – bajo alto riesgo personal – batalla por los derechos de los transmigrantes en el Estado de Tabasco. Su labor ha generado espacios de refugio y la atención para los migrantes centroamericanos que transitan el Estado de Tabasco hacia los Estados Unidos de América”. Agregó que “con la Hermana Consuelo Morales premiamos el día de hoy a una persona, que con gran entrega personal trabaja incansablemente por el cumplimiento de los derechos humanos en un estado, en el que hace unos años la inseguridad en la vía pública aumentaba, dificultando la vida cotidiana de la población y el respeto a los derechos humanos. En los últimos ocho años, la CADHAC ha ofrecido una aportación muy relevante en la lucha contra los homicidios extralegales, la tortura y las desapariciones forzadas”.

El premio se entrega en un contexto muy delicado, donde el gobierno mexicano es señalado por la comunidad internacional por las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, particularmente en el ámbito de la desaparición forzada y de las ejecuciones arbitrarias cometidas por fuerzas del orden.  De hecho, el premio se dio unos días antes que el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas emitiera un informe muy importante sobre el tema. En una coincidencia que sólo se logra en las altas esferas de la diplomacia, estableció el Comité que “el desempeño de algunas autoridades competentes no se conforman plenamente con las obligaciones de la Convención” y agrega que la información recibida por el Comité “ilustra un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio del Estado, muchas de las cuales podrían calificarse como desapariciones forzadas, incluso iniciadas a partir de la entrada en vigor de la Convención”.  El contundente documento que los expertos de la comunidad internacional elaboraron desde hace años y publicaron el 11 de febrero no se queda ahí, agrega que “el grave caso de los 43 estudiantes sometidos a desaparición forzada en septiembre de 2014 en el Estado de Guerrero ilustra los serios desafíos que enfrenta el Estado parte en materia de prevención, investigación y sanción de las desapariciones forzadas y búsqueda de las personas desaparecidas”.

En ese mismo contexto, los eurodiputados han apuntado en días recientes que el gobierno mexicano ha sido incapaz de esclarecer los hechos de Ayotzinapa y urgen al gobierno mexicano que no cierre el caso, que no le dé carpetazo y que investigue a fondo los hechos reales y no los que “provienen de confesiones producto de la tortura”.

El premio entregado a la religiosa Morales es un mensaje a todas las autoridades del país para que atiendan las recomendaciones expresas de la comunidad internacional en los asuntos de derechos humanos.  Y une sus voces con el Comité para “aplicar sus recomendaciones, formuladas con un espíritu constructivo y de cooperación, con el fin de asegurar que el marco jurídico existente y su aplicación por las autoridades federales, estatales y municipales sean plenamente compatibles con los derechos y las obligaciones que establece la Convención”.

Sin embargo, la respuesta del gobierno mexicano, mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores y de la de Gobernación intentó minimizar el documento del Comité, reprobando que no “hubiera nada nuevo” que aporte la Comunidad Internacional sobre el tema. En ese mismo sentido, vale señalar que si bien estaba invitada y confirmada la subsecretaria de gobernación Lía Limón, a la entrega del premio de la religiosa, ésta no asistió por “asuntos de agenda”.

En su discurso la hermana Consuelo señaló que el premio “es un llamado que Gilberto Bosques nos está haciendo a las y los mexicanos de hoy, a responder efectiva y afectivamente al desafío histórico que representa la actual violación de los derechos humanos en nuestro país”. Y agregó, dando un testimonio de fe en medio de la asamblea reunida “Durante más de veinte años he trabajado en la defensa y promoción de los derechos humanos. Nunca, ni en mis momentos más oscuros, pensé que estaríamos ante realidades como las que hoy vemos en el país. Sin embargo, alimentada por la fe en un Dios que para mí tiene el rostro de la justicia, mantengo firme mi esperanza en que es posible construir un México diferente a partir de la defensa de los derechos humanos”.

La hermana Consuelo Morales concluyó su discurso de recepción del premio diciendo “El premio que, sin merecerlo, hoy recibo, me anima a seguir por esa senda; anima a CADHAC a seguir siendo una pequeña luz en la oscuridad que se cierne sobre el Norte del país. Una luz que, sumada a las luces de cientos de defensores y defensoras civiles de derechos humanos en el país, todavía puede alumbrar este México que, como escribe el poeta David Huerta: “sigue soñando pesadillas, / contra los muros, / exhausto, sin aliento”. Con el ejemplo de Gilberto Bosques, con el impulso de la mejor tradición democrática francesa y alemana, con la suma de nuestros pequeños esfuerzos, sigamos trabajando para que nuestro país, parafraseando al poeta, pronto recupere el aliento”.

Pablo Romo Cedano

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